Paraíso.

Paraíso Tabasco, México. Playa, pantanos, comida, diversión, pezca...

jueves, 20 de septiembre de 2012

Orgía



Danzan y danzan como lobas en celo, amenazan saltarse hasta este valle blanco. Sortean todas las elucubraciones, se sacian solas, se palmean, se dan golpecitos en ese lugar, se sombrean con la palma de la… y cual síntomas de arrullo se dejan caer en un sinodal de auspicio para un rato. Son ellas: enfocan a quien las piensa, las ve, las plasma, las adelgaza entre dedos meneados sin cesar de abajo arriba. Por entre los meandros del cerebro rebotan en un cadalso; el homenaje a las hormonas preside la ceremonia; no se espantan del celo en blanco, tampoco se rinden ante el  galillo del… en la garganta; lo desean, lo quieren, como quieren al anterior cuando estuvo en el mismo sitio; empotrado en la guía de yegua yacía entre llamas.
No es el sitio, es la sintaxis del llanto a deshoras, lamen un brinco como si fueran ilotas rendidas a su sumun, salido como lágrimas de cocodrilo para enderezarlo; tanto las aloca, desde el vaivén de sus cuerpos largos y redondos, así se tienden cuál ámbito de espías; un lío de cigarro non santo para al rato, uno metido entre sus fauces para endosar la guía del fantasma… las mueve para hacerlas salir del teclado, salten al vacío y bailen una danza de ombligo meneado por este falo yacente entre carcomas para el instante del olvido. La primeriza ataca con la autoridad dada en ser su primera vez, al son del talante de una noche; salta primero hasta el vacío, se planta en medio de la terraza, apenas vestida con un pareo… le da sentido a su cintura, la otra, loba preñada por el viento, igual a María, se enternece en ver la escena de lujuria por el páramo.
La “a” disfruta la mirada sobre el talle, entonces se acanalla, se siente la nombrada y descubre su rostro y su cuello, de sus nalgas salen “ues” de colores, enroscadas, salientes, en su curva entrada, así se sienten, como si fueran vados cerrados para entre ratos abrir la caracola, y volver al sitio-valle-largo-profundo, el mismo de Río Colorado, así enviste la otra, la de al lado, se ve la orgía entre futuros; no saben sino como a la “m” enhiesta, caballo, potro, en belfo se consume. Les ha llegado su hora, el sol reluce en el horizonte, no hay ahí nada para los sentidos, nomás una salida de baño… desde allí se deja venir directo, a lo suyo: ajuntarse con las otras. Las lobas en celo han visto al galgo, de sus fauces chorrea saliva como semen; se ausentan y se duermen en su pequeña muerte; una “t” se adelanta y menea el batidor como para preparar la bebida de néctar de maría, endulzará la escena para cuando despierten y desde sus entrañas salga el alarido del deseo, un deseo pronto para rellenar cada idea de lamento; un acento se apresta a deshacer un diptongo, no vaya a ser gane la noche para ellos solos. Aquí en la orgía, en la fiesta por la Llegada de Ulises, se vale decir cuánto vale cada instante, no sobra nada de la copa, todo se escancia hasta el fondo con la heces puestas como el vaso de Onán en la probeta. Más allá, desde donde se pierde el horizonte de este valle se ve la polvareda entre la bruma del alcohol de la noche pasada, son los lobos sangrientos, vuelven porque ya se pone el día; vuelven para decir sus cargas siderales, para endosar la cuenta de estas horas negras, anuncian para comulgar una vez entrada la noche con los cuellos sanguinolentos y tenaces, como brío de guitarra; así cabalgan al lado de los potros centelleantes, así se entremezclan como una danza de machos cabríos para la misa negra al inicio de este ciclo lunar por una noche. Ellas siguen saliendo a danzar con el penúltimo rayo de sol de la tarde cabreada. El ombligo de la “i” es una zona hechiza, se marca en cada contoneo… sólo en caso de juntura fuera del cuerpo… de su cuerpo, habrá lugar a una disposición mayor para la fiesta… se entuma, salga todo lamento guardado desde ayer; ya suenan las copas, ya ondean la capas seculares, ya se alza la copa yacente de vino para comulgar las penas de estos cuerpos adheridos al deseo por salir a enseñar el cobre, ya el madero está puesto para el primero y la primera, asegure poseer la Verdad suprema o quiera inventar el hilo negro o el agua tibia endulce sus sentidos. Esta es la planicie de juegos polares para la danza de toda cosa  salida del… y someta a sus designios la metáfora del tiempo convertido en lances de goma, del tiempo como única guía sideral del sol preñando su camino de… enjuto el cuerpo de ellas, saldrá de entre sus miedos hechizos, de entre sus calambres y entumiciones de cadalso, de entre la memoria de los días, de entre la mezcolanza que embebe toda creación salida al influjo de ellas: las palabras…

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