Paraíso.

Paraíso Tabasco, México. Playa, pantanos, comida, diversión, pezca...

miércoles, 17 de octubre de 2012

¿Cuentas?



Los velos se tejen entre cuerpos. Tus manos… arañas caminan por todo el tejado. Son como manzanas en ruibarbo. Para la decencia basta un puñado de escombros latiendo unos cuerpos dorados con semilla. Hoy, a la hora del rezo, saldrá de su capullo; se irá a tientas por toda la acera del canto. No hay, en esta hora, cuando escribo, más visillos; los de ceniza acuden a verme caer entre cimientos.
Para mañana los velos tejerán tu cuerpo inerte entre capullos almidonados, cera abierta como boca de lobo, tejida al inocente.
La mácula del veneno es tiesa como un llanto, la visible obrera trabaja desde las once de la noche… trabaja y trabaja, igual a una quimera. La línea sigue, el parpadeo incesante me domina, la tecla duerme un siglo de luces sin simiente, y lo negro de la noche se ha ido dejando detrás signos blancos de mi paso entre telones. Un escote absuelve mis sentidos, una vulva se enciende sola y sola va con su canto de oruga hasta volverse grito de vena en mis sentidos; sin embargo paso por alto toda desolación… las gatas maúllan al paso de féretro invadido por un solaz letargo de furia callada por el teléfono celular de rosas abiertas como un corno.
De mañana, cuando canten las grullas, iré hasta la esquina de ese pequeño mar abierto, Invadiré la prisa del agua entre velos de cuervos buscando una semilla entre la arena de los pinos. No existe más desolación: un canto al bulto se menea entre sábanas blancas mojadas de sus miembros. He cruzado la orilla del… estoy a la espera de otro rato en medio se semillas, estoy como si fuera un santo, estoy a medias, estoy metido en el… como un guijarro lastima los dedos del pie por ir descalzo.
No hay en este instante  más que sueño dormitando entre párpados abiertos… los lobos caminan de prisa entre los velos del cuerpo, la araña vuelve a tejer entre bárbaros sus dedos de ceniza. Anoche, mientras hacía su efecto, me quedé pensando en la pastilla, así me dormí y soñé con guerreros que se abren la panza para dejar salir sus peces de veneno. Hoy, cuando la noche avance, de nuevo iré al ritual de cocina envenenada por la oscuridad: late de memoria como si fuera el cursor de la pantalla; no hay, mientras escribo, velos entre cuerpos abandonados a la playa; hay más bien un cúmulo de hojas abiertas al son blanco del día blanco de la noche negra, del sol amarillento saldrá en un instante a ver este cielo embravecido como un río. Las palomas arrullan a sus hijos muertos, no han corrido la noche de los visillos de la iglesia, tampoco se sabe por qué abundan palomas en los techos espaciosos, quizá gustan de volar entre velos de tela de seda, quizá se quedan a ensoñar su suerte de venida entre tules de… no encordan con la comida, se pasan a cada salto de estrella entre sus picos adherente, con sus pubis erectos, chuzos en desolación, no saben de la especie… las soporto porque su vuelo rasante me calma los sentidos, las alimento de agua porque solas abren el grifo y lo vuelven a cerrar; son velos de misterios, son velos al amanecer, son los velos del cuerpo, como la sábana de mamá cubriendo el cuerpo inerte que yace sin sentido, más bien sin vida de jumento. Ayer asistí al ritual de los sueños juntos, reímos, quisimos hacer el amor, pero nos quedamos dormidos…
Ahora el ciclo se termina, mamá ha cerrado los velos, están izados para dejar ver cuanto sucede detrás de los visillos, las cuentas del silencio ruedan por la ventanilla del banco para endosar un idea de pago, un ruedo de lobos solitarios, bebiendo de la nieve derretida al sol por esto… también cuenta, se haga una limosna de timbres sin sencillo, también cuenta rodando hasta el visillo sin velos en su carne, también cuenta abierta para ver entre cajas lo ganado por la tarde… y cuentas la historia de fantasmas salidos a media noche sin destino, del sueño adormecido entre simientes de olvido al dios muerto por la historia, pues ya no reina en este mundo de vivos, cuando los dioses se pasan la estafeta para posar según el cuento de moda, visto pasar en la noche de los muertos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario