Paraíso.

Paraíso Tabasco, México. Playa, pantanos, comida, diversión, pezca...

viernes, 22 de febrero de 2013

Canario de mina

El navegante, canario de minas, en la puerta del esclavo, mira hacia dentro y piensa en darse un baño antes de entrar a ver el estado de los vigías... hay artes que requieren del aplomo, aun en estado de "bajo presión".
Se posa en la entrada, donde está el alpiste, y uno a uno saca los papelitos del mago que le valdrán el premio por ser el que entre a ver, en primera instancia, el estado de la cueva.
Se posa, se da vueltas, aún no saca el papelito, se le entrega un grano de alpiste en el pico, se lo come, es decir lo deglute y se ampara en la sexta regla que manda: no hacer nada que englobe a las personas ajenas al testamento.
Una vez cumplido el dogma de sacar el papel de la papelera, espera a que el mago lo abra y lea las instrucciones para esta parodia de muerte que le espera en adentro de la mina.
Da lectura, y no hay perdón ni olvido, pues las anomalías están por descubrirse... a malas porque la justicia que contiene la regla sexta, en este caso no aplica, porque refiere que es suicida leer y comer al mismo tiempo, mucho más, si se trata de la lectura de las cuentas del día.
La irregularidades posan para los otros que están a la espera de que el cuadrante marque la ruta del navegante.
El escándalo acecha, pues en el valle de... el que está a la entrada, donde aún sopla el viento, hay cuerpos en estado de sitio, es decir, esperando la entrada a la hora en que, cuerpo a cuerpo, se deslice desde adentro alguna otra persona que hiera los sentimientos del suicida... no hay por qué ponerse al tanto de tragedias no reportadas en las cuentas del papelito que ha sacado de la papelera el canario de vigía, lo de suicida es un decir ¡quién va a preocuparse por la vida del canario!
Una vez que emprenda el vuelo hacia dentro, no habrá cosa que haga recular al de turno, pues ya van dos que han ido y regresado, pero su destino no estaba escrito en el papelero del mago.
Ya cuando pasen treinta minutos sin que el canario vuelva, comenzaremos a hacer la cuenta de respiro, pues se habrá dado la orden de disparar hacia dentro de la mina, para quemar el lastre de gas arbotante que nace desde abajo, un fogonazo se oirá y del canario no quedará sino la excreta que dejó antes de emprender el vuelo.
En este momento, cuando come del alpiste que le pasa el mago de cuadras, una a una pasan la cuenta de salud para el corazón de prisa de alpiste, pues los navegantes están en latencia, en tanto el canario emprende el vuelo y vuelve a dar la noticia de que adentro hay aire limpio para dar al traste con los muertos de vigía.
...Hay, en cuanto a desaparecidos, leznas para pasar el punto de uno a otro lado, hay puntos de separación, hay cuentas pendientes, hay luces apagadas, hay lienzos sin pintar, hay páginas sin rellenar...
Después de al tanto, se dirá que afuera no hay necesidad que saldar; se requiere de la apariencia a fin de decir quién va y quien se queda, en este instante el mago le ha pasado el segundo alpiste al canario.
Después de esto, enprenderá el vuelo hacia dentro, para dar al traste con lo que avanzará de la lozanía del vuelo que se apresta a emprender.
Ya se sabe, no hay canarias, es decir el femenino de canarios, por lo tanto hay cuerpos en maceración a la vista de fantasmas... más allá de donde mira este canario, existen voces de sirenas que duermen y hablan entre sueños de navegantes dormidos en la playa; donde se acuestan con ellos y les placen los besos por la espalda, hay cuerpos de sirenas ondulantes como los que salen en el pantalla de aviso, mientras duermen; hay resuellos de mujeres-peces, que se aprestan a ir en pos de los... no es dable poner en palabras lo que no se debe decir en voz alta, sino dejar a la imaginación del que lee, el corpiño que cubre los pechos de estas mujeres, por ello, el canario no se da cuenta de las voces que lo arrullan desde afuera.
El papel, segundo de la mañana, de esta mañana despertada con ruegos de una inspección a la boca de minas, se lo pasa el pájaro de cuenta al mago, el mago lee y dice:
Más allá de donde se baten las alas para el postrer regazo, hay un alambre que se cuelga de los andamios de agua, dentro de esa agua hay poses que denuncian al que osa meterse más allá de este lago... no se debe ir más allá, pues el témpano flotante dice: no se debe caminar... volar, en este caso, más allá de donde pululan dioses sin oficio, donde pululan hombres colgados de ultramar, pues la boca de minas da en su cantil externo, en una salida hacia el mar; por lo tanto, desde allá se ventilan los aires venenosos de la mina.
El canario, en este caso, es solo un vuelo para merodear a la ventisca que suele añadirse desde abajo, desde donde se cuelan hacia la superficie, los cuentos con que el mago vendrá a traernos la noticia, por intermedio de la alas del canario, de lo que sucede, alterno a la salida hacia la mar.
Mientras tanto, las sirenas deben de copiarse un cuerpo para al rato... la profecía del canario dice: no hay vientos malos a la vista, el aire es ralo por la hondura de la mina, pero el veneno, esta vez se ha trastocado en las luces del ocaso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario