Paraíso.

Paraíso Tabasco, México. Playa, pantanos, comida, diversión, pezca...

domingo, 18 de noviembre de 2012

Orgasmo II



Cuando se ve sola. El cuerpo es uno y solo, uno solo distiende su caída. Se solaza en sus pezones suaves y profundos, sus nalgas de encomio y de gozne. Acaricia al espejo en su mirar de cuerpo tumultuoso. Una como suerte se le endosa en los sentidos: la vista, el tacto y sus... oyen como roza sus dedos en sus pezones erectos como chivo. En su orejar hay una coyuntura para después de la cena. La deja, no es hora de su orejar… quizá cuando venga desde lejos en su potro en celo. El silencio le endemonia sus manos que tocan abajo, entre sus piernas, como si fuera un molusco embelezado entre sus bisagras abiertas como libro. La pieza de junto luce vacía, solo el estertor de agujas silencian al de junto como un campo verde y oloroso a vapor caliente de mañana… cuando salga por la rendija de entrepaños, asediará la puerta, desde donde ve su cuerpo saliente como aroma. Cuerpo de sol y de playa enardecida igual a hoy en la mañana en vista de conejo, silábico acento del son de la entraña; la que goza el silencio de sus pies, menea un instante en cardos de espinas como algodón envueltas de puntas romas como el halcón de plumas adheridas. Un sofoco le entra por los poros, roza otra vez, ahora en calma, la semilla se distiende como un caracol, sale en la mañana a ver el sol mientras transcurre. Sale la semilla ante el acoso de la yema; con la otra mano roza en calma sus pezones y sus nalgas rescoldan en aroma, el incienso de la almohada. Mohína busca su cauce en el cuerpo vuelto cumbre en pose. Un cisne se avista a salir desde el faldón de la playa del pequeño océano. Su mente es un polvorín de aves rojas, aves que congelan el horizonte poblado de esta rojedad tan grande como el alfeizar de la ventana donde sueña con el basto de las cartas españolas, jaladas por una mano en suavidad de escote. Otra vez moja sus labios. La bandada de pájaros rojos empaña el horizonte, se levantan de esta escarcha de cieno, se abalanzan en cuerda como nube que agota al sol desde su garganta. Es una explosión de colores. Desde su vientre desnudo y plano, se avizora una repulsa como convulsión de verano agostado en este largo trajinar del tiempo largo. Ya no hay sínodos en el púlpito del frente, esta “sola” en devenir gigante como escolapia de secundaria soñada por un fauno viejo y hediondo. El trajín es una gémula como un beso escarchado por estos labios secos y partidos en dos como elefante; se va de nuevo hasta el bastión que escucha su trajín, el de sus dedos, el de su yema. Entonces late de prisa otra vez. Se deja ir tal sola como un acero hacia su vientre, tan sacra como las pantaletas del santo que oficia mientras ella ve la estampa de su cara enarbolada. El son se vuelve tino en rumba flamenca y manos ocres como palomas azotadas por el cuerpo que pide más, en esta nueva convulsión de “amigos”; como si fuera sierpe el remolino de su vientre alborozado… siente cómo un cosquilleo le va rodando desde el ombligo, se vuelve cumbre una vez atravesado el bajo vientre, se colma en yema desde el trato de ser convite, y abalanza y prez como un sumun desde su garganta. El cosquilleo rueda en todo su vientre, se vuelve explosión al llegar a su semilla, entonces ataca como un batallón de soldados entre cumbres, ataca de nuevo hasta decir basta y se vuelve contra sí, como si fuera un nancee en romo silencio con su lengua. Alza la pupila de su pezón erecto, lo alcanza con su lengua, amenaza así un escualo que se avista… lame y lame en dos venidas, mientras su yema se atenaza otra ves a su semilla que arde en coma; alborozada vuelve a sentir el mismo cosquilleo desde el asiento de su ombligo, baja, se va, se para, va con la mano metida hasta el escarnio, se menea como pez, enciende la luz del espejo ancho como guía, jala el cajón, casa el falo y lo enciende, lo introduce al gozne, mientras su lengua mama del ocaso de su pezón que erecta una salida… así, hasta que la resequedad de lengua le dicta un escarmiento, salida de cerveza y ansia contenida como lobo en escape de pradera  se adentra, se sale, se adentra…

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